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Jamón Ibérico de Verano

El jamón ibérico en verano también es un manjar. Teniendo en cuenta que, tanto en todos los procesos de su elaboración como en su consumo, la temperatura tiene un papel muy importante a tener en cuenta, cortar el Jamón Ibérico de Bellota de Excelencia de Monesterio a una temperatura óptima hace que al degustarlo no pierda sus propiedades organolépticas, como su característico sabor y muchos de sus matices, así que es indispensable que la pieza mantenga una buena temperatura constante de entre los 20 y 24 grados centígrados para que su grasa,  que es uno de sus componentes esenciales, haga que  en sabor y textura estén en su punto ideal, para disfrutar de todos esos matices característicos de nuestro Jamón Ibérico de Bellota. Por ello, ¿debemos de sacrificar el disfrute de un buen Jamón Ibérico de bellota en nuestra dieta de verano? Ni mucho menos, lo importante es saber mantener la pieza de jamón en unas condiciones óptimas para que pueda conservar todas sus propiedades.

Es casi bien sabido por todos, que la mayoría de los alimentos que no necesitan refrigeración, siempre nos indican que hay que conservarlos en un lugar fresco y seco. El jamón Ibérico, una vez sale de los secaderos naturales de curación, donde la temperatura es un factor muy importante para que mantenga todas sus características y propiedades, sale para el consumo, y es ahí donde Excelencia de Monesterio hace ciertas recomendaciones de conservación, para que del mismo modo que en su elaboración y curación se han mimado todos los procesos de esa elaboración; una vez llega al consumidor se tengan en cuenta ciertas pautas de conservación (20-24º C en lugar fresco, seco y el corte tapado con su propia grasa para evitar resecado),  y así poder disfrutar de todas las bondades que un buen jamón de bellota ofrece al paladar.

Cuando vayamos a empezar nuestra pieza en casa, y como ya hemos mencionado en otras ocasiones, empezaremos el corte con la pezuña hacia abajo, ya que lo que primero debemos consumir es la parte de la babilla, mas seca y delgada. Sabiendo esto, una vez iniciado el corte, y para evitar que el jamón se reseque, iremos cortando la cantidad que vayamos a consumir en el momento, evitando así que las lonchas se airén excesivamente, se resequen o empiece la oxidación natural que provoca la perdida de sus excelentes propiedades, y una vez que terminemos de cortar, cubriremos el corte con una loncha gruesa de grasa que previamente hemos eliminado de la corteza. Por tanto, sin olvidar estas pautas a seguir, el jamón ibérico en verano también es un manjar.

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